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Pocas Nueces Agente Aaton

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Orígenes de la marca

Construir politicamente

Uno de los episodios más importantes de la historia del arte de hacer cine sucedió en Mayo de 1968 y no puede verse (al menos no directamente) en las pantallas. Fue en ese momento concreto, cuando se produjo un intento de desafiar gran parte del proceso de hacer cine al inventar equipo nuevo adaptado a las necesidades de un nuevo cine, equipo que se producía dando un nuevo enfoque a las relaciones en el trabajo. En 1967, Jean-Pierre Beauviala, un brillante y joven ingeniero, profesor adjunto de electrónica en la Universidad de Grenoble y un gran admirador del cine, decidieron hacer una película. El proyecto fue eminentemente político e iba a tratar sobre el lugar del hombre en la ciudad. Cuando se dio cuenta de que el equipo que correspondía al proyecto, como había imaginado, no existía decidió construirlo él mismo. Así que construyó un prototipo, cuya mayor originalidad era que daba una sola referencia para las tomas de imagen y de audio: el tiempo exacto en que las imágenes y los sonidos eran capturados era grabado en ambos soportes, la película fotográfica y la cinta magnética. Este sistema hacía posible después de lo sucedido reconstituir la simultaneidad de ambos eventos que la técnica de rodaje había separado por necesidad. No sólo revolucionó las condiciones prácticas de trabajo a la hora de dirigir o editar la película, sino que hizo retroceder las fronteras de la “grabación cinematográfica”. Modernos cineastas, como se concebía hasta entonces, permitían tomas simultáneas de sólo un sonido y una imagen al mismo tiempo, y tuvieron que hacer uso de artificios para mostrar en la película la existencia de dos realidades diferentes, posiblemente incluso contradictorias, pero co-existentes. Sin renunciar a las prerrogativas de la dirección, la “marca del tiempo” de Beauviala hizo posible la ampliación de la “ventana del cine al mundo” de las dimensiones de un fotograma a los de una ventana.

Tan pronto como la gente de Eclair, el primer fabricante de cámaras, hubo visto las fotos de hasta dónde Beuaviala había llegado sólo jugueteando con una cámara Arriflex, le contrataron como ingeniero asesor. Eran indiferentes a los compromisos que había detrás del prototipo, pero estaban más que interesados en el invento y en el inventor, dada la ingenuidad del sistema y las soluciones prácticas que ofrecía. En Eclair, que fabricaba cámaras diseñadas por André Coutant, Beauviala realizó la primera cámara ligera de 16 mm, con sistema de sonido sencillo. Unas cuantas barricadas más tarde, Eclair había sido comprado por un productor Británico (Harry Saltzman, que hizo su fortuna con las películas de James Bond); Debrie, la otra joya de la corona de la fabricación francesa de cámaras, también había cambiado de manos. Beauviala formó su propia compañía en Grenoble. No tenía dinero, pero sí tenía ideas y amigos. Sobre todo, estaba determinado a trabajar de acuerdo a las necesidades de sus amigos cineastas. Entre ellos, el director francés más conocido era Jean Rouch, que ocupaba una buena posición tanto para formular las necesidades de un experimentado director de documentales, y publicitar los desarrollos de un joven empresa. Aaton, abrió el negocio en una antigua fábrica de sillas. Entre estos preciados amigos estaba la creme de la creme de los directores americanos de documentales militantes (Pennebaker, Leacock, los hermanos Maysles, Barbara Kopple), además de Louis Malle, Jean-Luc Godard, Félix Guattari…. Además, varios técnicos e ingenieros, muchos de los días en Eclair, fueron tentados por la ambición y el espíritu de la aventura, y se unieron a Beauviala en Grenoble. A pesar de la apariencia descuidada de Beauviala y su ignorancia de las reglas elementales del manejo de un negocio, la creatividad del equipo y el prestigio de quienes lo apoyaban convencieron a los financieros en invertir en la operación, que abiertamente desafiaba las nociones fundamentales de jerarquía y disciplina de empresa. Sin embargo, el producto final aún necesitaba ser definido: dos proyectos competían al mismo tiempo y dispersaban la fuerza del grupo. Por un lado, a instancias de Jean-Phillipe Carson, un realizador de documentales activista que vivía en USA y estaba conectado con las Panteras Negras además de con organizaciones de ayuda al tercer mundo, una “cámara poco profesional”, lo más simple y robusta posible, utilizando accesorios recuperados o fácilmente pinched y película fotográfica. Sería usado por revolucionarios, en sus escenas de acción. Producir esta cámara era parte de un proyecto global de uso “pobre” de la imagen por revolucionarios, algo que Carson llamó “Cinéminima”: las reglas requerían la enseñanza, además de la industria independiente del bis a bis, de aquellos en el poder. Aunque Beauviala sólo compartió con sus amigos sus motivos militantes, por razones teóricas se mostraba reticente acerca del aparato que se suponía tenía que fabricar: la “cámara poco profesional” que se requería integraba la grabación de audio. Y llevando el razonamiento político detrás del concepto del modo de hacer cine moderno a su lógica conclusión, se dio cuenta que enlazando imagen y sonido de esta forma estarían de hecho esclavizados el uno al otro. La riqueza de cada uno se perdería, así como la riqueza de relaciones que los unen y oponen cuando se graban separadamente. En resumen, en esta cuestión como en muchas otras, iba veinte años por delante de su tiempo al prever lo que sería la indigencia audio-visual.

Jean Pierre Beauviala y Rune Eriksson se encuentran para discutir sobre un prototipo de la LTR, la primera cámara de Aaton de 16mm

Antes de fundar Aaton, Jean Pierre Beauviala en los 60, trabajando para Eclair.

Jean-Luc Godard descubriendo la Aaton 35-8 diseñada para él (1979). Godard quería una cámara pequeña de 35mm. y le entregó a Beauviala algo de dinero para construir una cámara de 35mm de bolsillo. Godard se trasladó a Grenoble para ayudar en el diseño.

Jean Pierre Beauviala. Sveridge Film Institutet de Estocolmo, 1972. Primera presentación pública de la Aaton 7A. Foto de Anders Pertersen

El segundo proyecto, técnicamente hablando, mucho más sofisticado y menos “político” en apariencia: fue la cámara “gata al hombro” (otra vez 16 mm). Una cámara inteligente, en la que confluyen las  físicos y técnicos del director / operador: ligera, racional, ergonómica. Además la famosa marca del tiempo universal. Iba alterar las condiciones de trabajo de todos sus usuarios, también presentaba perspectivas comerciales mucho más prometedoras para una compañía que estaba perpetuamente al borde de la bancarrota. Aaton trabajó en ambas ideas simultáneamente, hasta que Carson murió en un accidente en 1974. Pero la “gata en el hombro”, que Beauviala prefería, hizo un más rápido, ganando pronto sobre los operadores de cámara, técnicos y compradores en la BBC, Swedish Television y después la Société Française de Production y el Canal 1 francés. La primera maqueta de la cámara de 16 mm mostrada en 1971 (la Aaton 7A sería fabricada por última vez en 1973), presentaba cualidades insólitas en términos de manejo, fiabilidad y precisión. El futuro era prometedor para Aaton. Pero en 1974-75, como había hecho con la mayoría de las iniciativas que surgieron de Mayo del 68, las leyes dominantes de la sociedad pasaron factura a la doble experiencia piloto de Beauviala, innovador en el campo técnico, además de en su organización alternativa del modo de producción. Eran tiempos revueltos para los ayudantes, haciendo posible seguir todo lo que la cámara filma en una pantalla. El set-up en sí mismo tenía un enorme potencial (y también peligros, como se vería más adelante por el camino que la cámara Louma iba a tomar). En su desarrollo, sin embargo, Beauviala condujo la búsqueda de un micrófono, y sólo tan fácil de manejar at the end of a lead. Como siempre con Aaton, la invención técnica fue de mano en mano con propicias consideraciones teóricas, esta vez con las respectivas ventajas de las técnicas del cine y el video..

Jean-Pierre Beauviala finalmente consiguió su objetivo inicial: clear time marking en la película fotográfica y en la cinta de audio. Al alterar las condiciones de rodaje del cine independiente y del montaje, hizo posible para reporteros y cineastas de investigación trabajar fuera de las normas set out for el trabajo de estudio del 35 mm. La aventura “técnica” de Aaton no fue sólo la de un brillante inventor cuya única conexión con Mayo del 68 fue el pelo largo y un vocabulario anti-sistema, aunque Beauviala posee una mente fértil y un impresionante conocimiento técnico. Aún fue por preguntar nuevas cuestiones, cuestiones políticas en el cine, y por revelarse contra los hábitos y el conformismo que prevalecía entre los fabricantes, que inventó multitud de soluciones mecánicas, ópticas y electrónicas. Sus soluciones fueron de tal influencia que los grandes fabricantes internacionales de equipos de cine y video trataron entonces de imitarlos o robarlos. En Febrero de 1985, Arriflex demandó a Aaton, causando así la suspensión de pagos de la compañía. Sin embargo la firma renació otra vez de sus cenizas.

Genesis de una Cámara: Jean Pierre Beauviala y Jean-Luc Godard.

Despacho de Jean Pierre Beauviala en Aaton, el santuario del creador, en pleno centro de la ciudad de Grenoble.




La era moderna del Cine francés desde la New Wave a la actualidad

Por Jean-Michel Frondon, a cargo de la sección de cine de Le Monde.

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